About
Soy Alexander Grisar. Me crié in Sudamérica y soy el fundador de la empresa hamaquera alemana La Siesta. En el año 2008 introducimos nuestra primera hamaca de algodón orgánico al mercado. Fue hecha en Colombia de un hilo de algodón orgánico que importamos de Tanzania. En aquel entonces no pudimos conseguir algodón orgánico en América Latina a pesar del hecho de que muchos países de la región son tradicionales cultivadores de algodón.
Esto chocó mi corazón latino y me hizo decidir un par de años después, una vez que entregara la empresa La Siesta a nuestros hijos, de dedicar los próximos años de mi vida a la promoción de algodón orgánico en América latina. Así nació SOCiLA.
Sin embargo en mucho de los países de América del Sur y de América Central siguen prevaleciendo condiciones muy favorables para la producción de algodón orgánico: climas tropicales y subtropicales, sol radiante, suelos fértiles, cultura y tradición de agricultura familiar, cooperativas bien organizadas, demanda de mercado, etc. Esto nos lleva a la pregunta de lo que puede haber ocasionado que el cultivo de algodón orgánico en la región no se haya esparcido a un ritmo similar al que lo hiciera en otras partes del mundo. ¿Que ha pasado? ¿Hay posibilidades de revertir esta tendencia? Estas preguntas me intrigan desde haber comenzado con SOCiLA y mi ambición es contribuir a una inversión del desarrollo histórico.
Cuando me enteré de que se cultivaba algodón en 2,5% de las tierras cultivables de nuestro planeta y que para estos cultivos se consumía el 16% de todos los insecticidas que mundialmente se aplican a la agricultura (EJF, 2007, The Deadly Chemicals in Cotton), quedé como obsesionado con mi propia iniciativa.
Me moví bastante en búsqueda de informaciones sobre algodón orgánico, hice mis primeros aprendizajes en el Perú, visité muchos congresos en Europa y pude enterarme un poco de lo que mueve la cadena algodón/textil en varios países Latinoamericanos. Concentré, sin embargo, mis primeros esfuerzos en Colombia. Principales razones para ello eran:
- algodón orgánico aún no se cultivaba en Colombia
- nuestra empresa La Siesta produce allí una porción considerable de sus hamacas,
- el país está en necesidad de un desarrollo sustentable de su sector rural después de medio siglo de conflictos armados, que especialmente se llevaron a cabo en el campo.
Más después pude enterarme que junto a La Siesta hay otros interesados en hacer productos de algodón orgánico en Colombia. De hecho, diseñadores, confeccionistas, y marcas ya estaban importando o estaban considerando importar géneros e hilo para hacer prendas de algodón orgánico para el mercado local.
Estuve viajando por muchas partes del país, hice muchas presentaciones y cabildeos a los diversos sectores de la cadena de valor (del algodonero al minorista de prendas) y sus grupos de interés, funcionarios regionales y del gobierno central, diseñé propuestas de proyecto y fui aplaudido por mi ‚actividad misionera’. Sin embargo, no logré que tales esfuerzos desembocaran en cultivos experimentales concretos.
Finalmente, auspiciado por La Siesta, nos embarcamos en un proyecto propio: hicimos cultivos experimentales con cinco agricultores en el departamento colombiano Tolima. Los rendimientos no correspondieron enteramente con nuestras expectativas pero logramos hacer el primer algodón certificado orgánico en Colombia y producir un hilo certificado GOTS (la certificación textil más rigurosa a nivel mundial para productos de algodón orgánico que abarca tanto criterios medio-ambientales como sociales), y hacer hamacas certificadas GOTS de este hilo, todo en un tiempo record de un año (PLAOC – Reporte Interino).
Esto me animó a remodelar un poco mi iniciativa, llevar mis nuevas experiencias a otros países y presentar SOCiLA en una nueva web.